jueves, 23 de mayo de 2013

Patiperreo.


Las cuatro de la tarde,
¡Bendita hora!
El azote de la noche estaba pronto
Y el calor, ese que serpentea en la huella,
Se hacía a un lado en la carretera.
El horizonte a descubrir era vertical,
No había forma de alcanzarlo, ni de llegar a tope
Porque éramos verdaderos energúmenos 
Del pavimento. Nunca llenos, nunca sabios,
La ciudad era interminable, y ese era nuestro
Universo, no teníamos más.
Caras saladas, patas sucias,
El peregrinaje era lo primero:
Camilo Olavarría, cuna del chueco Merello,
Población Berta, templo del Lota Schwager,
Villa Mora, cuna de los seniles mártires,
Lo Rojas, ¡Caleta mía!
Población Laurie, parada obligada,
Playa negra, respiro profundo,
Playa blanca, llegada al centro geográfico 
De nuestro anhelo...
Era menester patiperrear, por que menesterosos
Muchachos fuimos, era menester seguir
El viento salino de nuestra alma, pues sabíamos
Que otrora no existiría la oportunidad...



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